miércoles, 22 de octubre de 2008

numancia


En Numancia no hay nada que ver, pero hay un monumento de estado inmaterial, si no se verá una sola casita del guarda, un monolito inaugurado por Alfonso XIII en memoria de los héroes. A Numancia hay que verla desde dentro, pisa sobre otras huellas, mira con los mismos ojos que un día divisaron los campamentos romanos, allí si que hace viento, un viento redondo y fino que se introduce en el alma. El cielo es alto, imprescindible. Entre las piedras que un día ardieron y se desplomaron sobre vasijas y crece el tomillo y el espliego. Hierbas ralas y pobres, las únicas que resisten a las grandes heladas. Durante algún tiempo su localización seria materia de estudio para arqueólogos e historiadores. En 1.882 fueron declaradas monumento nacional de las ruinas de Garay.

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Ernesto Oviedo